‘Tampoc és necessari sortir al vídeo’
El resultado de la residencia de Elena Zanzu en el Instituto Menéndez y Pelayo es una invitación a reflexionar sobre las artes en vivo y su público
Una representación sin público, ¿se puede considerar un espectáculo? Si este espectáculo se emite en streaming, ¿conserva la fuerza o el sentido de una función en el teatro? ¿El público es, por definición, un sujeto pasivo? ¿O sus reacciones modifican el espectáculo? Estos son algunos de los interrogantes que abre Tampoc és necessari sortir al vídeo, resultado del proceso de creación desarrollado por la artista de circo y pedagoga Elena Zanzu EN RESiDÈNCiA en el Instituto Menéndez y Pelayo y el grupo de alumnos participantes en la experiencia –con la mediación de La Central del Circ–. Un resultado insólito, estimulante, que dinamita las convenciones y las normas no escritas sobre el papel del público en una sala teatral.
Que empiece el espectáculo
‘Público, deja que te miremos a ti. Te cuidamos con generosa crueldad y con rabiosa complicidad. (...) Te escuchamos. Si quieres escribirnos, te leeremos. Al final, tampoco es necesario salir en el vídeo’. Estas líneas, escritas por el equipo creador de Tampoc és necessari sortir al vídeo, anticipan lo que vieron las personas que asistieron a la presentación del trabajo en riguroso directo, a través de la plataforma twitch.tv. Porque lo que vieron por streaming fue un plano fijo de la sala vacía del Antic Teatre; un plano fijo que se mantuvo prácticamente inalterable durante 45 minutos y que estuvo acompañado del sonido impersonal y casi inaudible de la propia cámara de vídeo o de ruidos provenientes del exterior.
¿Dónde estaba el espectáculo? ¿En la sala vacía o en el chat donde los y las asistentes conversaron mientras esperaban el 'inicio' de la función? Probablemente, en ambos espacios. Por un lado, la proyección sostenida de un plano único es de por sí una performance –al igual que la pieza 4’ 33’’ de John Cage es música, a pesar de que no suene una sola nota–; y, por otro, la interacción entre los miembros del ‘público’, el diálogo y la complicidad que surgió en el chat, sin saber quién se escondía tras cada nickname, es otra forma de espectáculo, un experimento artístico y sociológico. A diferencia del público asistente al estreno de 4’ 33’’, que tuvo que guardar silencio a pesar del desconcierto que sentía, el de Tampoc és necessari sortir al vídeo conversó en todo momento. Adoptó un papel activo, abrió debates y reflexiones, liberó pensamientos absurdos y, al mismo tiempo, sugestivos –¿a qué huele un teatro vacío?–; y al final, cuando la imagen del Actic Teatre fue sustituida por el rótulo GRACIAS, agradeció la experiencia.
Si bien las reacciones de este directo no pueden reproducirse en una emisión en diferido, os invitamos a recuperar Tampoc és necessari sortir al vídeo y a observar vuestra actitud ante las imágenes. Cada visionado será único y diferente de los demás... ¿O es que cada función teatral es igual a la anterior?
Asimismo, queremos animaros a entrar en el blog y seguir las sesiones del proceso de creación que dio lugar a una propuesta tan radical.