‘Quan sortim de l’institut s’encenen els llums’
‘Quan sortim de l’institut s’encenen els llums’
El Teatre Lliure de Montjuïc acoge la presentación de la creación de Marc Villanueva EN RESiDENCiA en el Instituto Maria Espinalt
El Espai Lliure, en el Teatre Lliure de Montjuïc, fue el marco de la presentación de Quan sortim de l’institut s’encenen els llums, creación surgida de la residencia de Marc Villanueva en el Instituto Maria Espinalt con alumnado de 1º y 2º de ESO. Una propuesta multidisciplinaria en la que confluyen realidad y ficción, la rutina diaria (estudiar, trabajar) y la fantasía desbordante de los videojuegos, constructores de mundos paralelos en que los gamers adoptan nuevas identidades.
Estructurado en diferentes escenas, Quan sortim de l’institut s’encenen els llums utiliza el texto, las maquetas, la grabación y proyección de imágenes en directo y la música en vivo para reflexionar en torno a los videojuegos, una opción de recreo que, a menudo, trasciende el simple entretenimiento para convertirse en un espacio de libertad para los jugadores y jugadoras más jóvenes. Un lugar donde reinventarse y relacionarse con los demás de manera imaginativa y segura. Para muchos adolescentes, una forma de evasión durante el largo confinamiento de 2020.
Ya en la escena inicial, en la que unas alumnas manipulan la maqueta de un bloque de pisos para descubrirnos el día a día del vecindario, una chica explica que durante los meses de reclusión doméstica salía a la ventana y jugaba al Fortnite con un vecino. Es la primera referencia a los videojuegos que, progresivamente, irán adquiriendo mayor protagonismo en la función. El salto de la vida real a la imaginada se produce en el siguiente acto, cuando el grupo desfila ante una cámara de vídeo para explicar qué hace cada día. La primera en hablar cuenta que por la mañana, de 8 a 15.30 h, va al instituto, y que al salir trabaja como cocinera en un restaurante; otra ocupa las horas libres en la construcción de su propia casa, mientras que un compañero asegura que vive en una mina y, otros, luchan contra zombies, se ganan la vida repartiendo pizzas o como astronautas que deben vérselas con la mafia. Más oficios: un asesino a sueldo, un héroe que se dedica a proteger su reino de un monstruo... En realidad, cada alumno se relaciona con un videojuego (The Cook, Bloxburg y Minecraft, entre otros) y, también, con el mundo laboral, el punto de partida de todo el proceso de creación. No por casualidad, en otro momento de la creación un alumno da consejos para ganar más dinero (a partir de un juego interactivo) y habrá una segunda ronda de entrevistas ante la cámara en la que los avatares de los chicos y chicas explicarán cómo vivieron el confinamiento: por ejemplo, la astronauta aprovechó el tiempo para hacer tutoriales.
Otra manera de hacer teatro
En el coloquio que siguió a la presentación, el alumnado reconoció que, al principio, no entendía que el proceso de creación daría lugar a una pieza teatral. ‘Yo no creía que esto fuera teatro’, dijo una chica. ‘Pero más adelante entendí que el teatro es trabajar mucho y que hay muchos tipos de teatro, más allá del de texto’. Este es uno de los asuntos que centró también la sesión de Contaminación que el grupo ofreció en el Lliure hace unos meses (marzo): una muestra del trabajo que el grupo estaba desarrollando en el marco de EN RESiDENCiA seguida de explicaciones sobre su proceso de creación.
La muestra, al igual que la presentación, puso de manifiesto las posibilidades de la tecnología para la creación de una dramaturgia teatral, así como las de la creación entendida como juego, como ensayo-error. La capacidad creativa de chicas y chicos para construir una ficción a partir de la experiencia propia y la de otras personas con las que conversaron sobre su relación con el trabajo. Encontraréis más detalles del proceso en el blog de la residencia.
El Teatre Lliure ha coordinado y comisariado el proceso de creación de Marc Villanueva en el Instituto Maria Espinalt.