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Antonio Ortega EN RESiDENCiA en el Instituto Vall d’Hebron
TODO EL MUNDO ES ARTISTA
(AUNQUE NO LO SEPA Y AUNQUE NO LO QUIERA)
Todo el mundo es artista y lo es en todo momento y circunstancia, ya que también el espectador es artista, incluso cuando lo que observa no es arte.
Son muchos los que se mantendrán reacios a cambiar las convenciones que se utilizan para clasificar lo relacionado con el arte y las categorías que se derivan, porque son muchos los que no querrán ser considerados artistas por la pereza de tener que asumir su compromiso como agentes que producen y traducen formas.
Son mayoría aquellos que prefieren no contemplar la universalidad de la condición de artista, porque eso los intranquilizaría y, también, porque les ofrece más consuelo pensar que hacer de artista es una tarea exclusiva y excluyente.
Son los mismos que, finalmente, participan de la creencia generalizada consistente en separar aquellas creaciones realizadas por un humano cualquiera de las creaciones realizadas por un humano artista; y que siguen considerando que, entre las personas vivas, muertas y por nacer, hay algunos que son artistas y que el resto ni lo son ni lo serán.
Pero lo peor es que no querer considerarse artista consiste, en el fondo, en una ignorancia sedante y voluntaria cuya función es poder evitar el desconcierto de saberse artista.