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La Calòrica EN RESiDENCiA en el Instituto Barri Besòs
LA RESIDENCIA
La compañía La Calòrica se propuso al principio del proyecto compartir con los alumnos el proceso de creación de una obra de teatro. Se trataba de hacerlos partícipes de sus decisiones para que vivieran todo el proceso como propio. La Calòrica decidió que Israel Solà, director de escena, sería su cara más visible y quien iría al instituto con más asiduidad, mientras que los otros miembros irían ocasionalmente al instituto, cuando se tratara la disciplina correspondiente: Joan Yago para dramaturgia, Albert Pascual para escenografía y vestuario, etc.
El primer trimestre, de octubre a diciembre, fue un periodo de conocimiento y tanteo. Los diferentes miembros de La Calòrica se fueron presentando sesión tras sesión, explicaron a los estudiantes su manera de trabajar y les mostraron ejemplos de su trabajo (con vídeos, fotos e incluso maquetas y figurines de espectáculos emblemáticos de la compañía, como L’editto bulgaro o La nau dels bojos). Además, durante esta primera parte les fueron enseñando (y haciéndoles experimentar) las diferentes disciplinas que toman parte en la creación de una obra de teatro: desde la escritura del texto —con Joan Yago— hasta la interpretación —con Esther López y Xavi Francés—, pasando por la construcción de escenografía o el diseño de vestuario —con Albert Pascual para las dos cosas—. Se trataba, en definitiva, de que todos probaran las disciplinas que convergen en el hecho escénico.
Pasadas las fiestas de Navidad llegó el momento de empezar a definir el proyecto. La Calòrica tenía una idea: en marzo tenían que estrenar Fairfly, un espectáculo para adultos sobre el éxito y sus consecuencias, que estaría en cartel del 2 al 26 de marzo en el Teatre Tantarantana. Entonces surgió la idea de realizar un espectáculo sobre el éxito a partir de las opiniones y los intereses de los jóvenes. Es decir, ¿qué es el éxito para ellos? Y ¿qué es un fracaso? ¿Todo vale para conseguir el éxito? ¿Qué papel tiene el éxito en la consecución de la felicidad? Israel Solà planteó todas estas cuestiones a los alumnos, que las trabajaron mediante ejercicios de escritura e improvisación. Así, se descubrió que uno de los alumnos, Jose, es un crack haciendo cubos de Rubik (sabe resolverlos en cuestión de segundos) y optaron por utilizar estos cubos como metáfora del éxito y el fracaso entre los jóvenes.
Poco a poco se fueron definiendo las tres partes del espectáculo que acabó siendo Rubik. En primer lugar, una parte introductoria formada por una lista de deseos y sueños, de cosas formuladas desde el yo que los estudiantes querrían que pasaran y que, para ellos, constituirían un paso más en el camino hacia el éxito. En segundo lugar, una serie de escenas centradas en el 13.o Concurso Anual de Cubos de Rubik, en el que los estudiantes interpretan a unos personajes de su edad y de origen diverso que toman parte en el concurso y que quieren ganar a cualquier precio. Finalmente, una tercera parte más evocativa en la que una voz en off cierra la obra enumerando los posibles finales de esta historia.
Israel Solà dio forma final y definitiva a cada una de estas tres partes (fijando las palabras en una hoja de papel, limpiando y eligiendo unas palabras y no otras), pero todas ellas surgieron de ejercicios propuestos por él o por otros miembros de la compañía a los estudiantes: desde pedirles que hicieran una lista de lo que les gustaría que cambiara en el mundo o que pasara, hasta hacerles que realizaran una improvisación relacionada con el concurso de cubos de Rubik, a partir de una idea lanzada por La Calòrica. Israel, en este caso, iría encaminando la improvisación hacia un lado o hacia otro y, posteriormente, en casa, la fijaría en una hoja de papel.
En los dos últimos meses, cuando Israel ya tenía la obra más o menos escrita, se comenzó a montar la pieza con los actores. Poco a poco los intérpretes fueron adquiriendo conciencia de las dificultades que supone actuar: aprenderse el texto, actuar con naturalidad, proyectar la voz, etc.
ENSAYO
El último mes del proyecto resultó de lo más intenso. Hubo sesiones de ensayo extras y un par de veces dedicaron toda una mañana (de 10 a 14.30 h) a acabar de pulir la parte de interpretación y montaje. Poco a poco, el proyecto fue tomando forma.
ACCIONES VINCULADAS A LA RESIDENCIA
A lo largo de la residencia se organizaron varias actividades que involucraron a diferentes compañías y teatros:
26 de octubre de 2016: visita a la Sala Beckett y asistencia a un ensayo de la obra La desaparició de Wendy, de Josep M. Benet i Jornet, dirigida por Oriol Broggi, en la Sala de Baix.
24 de noviembre de 2016: asistencia en horario nocturno a una función de la obra La desaparició de Wendy, de Josep M. Benet i Jornet, dirigida por Oriol Broggi, en la Sala de Baix.
2 de marzo de 2017: asistencia a una función matinal de Wasted, de Kate Tempest, dirigida por Iván Morales. Se trata de una producción de Íntims Produccions que se pudo ver en la Sala de Dalt de la Sala Beckett.
8 de marzo de 2017: asistencia a una función en horario nocturno de Fairfly, escrita por Joan Yago y dirigida por Israel Solà. Se trata de una producción de La Calòrica que se pudo ver en el Teatre Tantarantana.