A través de la acción performativa entramos desde el cuerpo en un proceso de investigación-creación situada y colectiva. Pretendemos desarrollar una reflexión crítica desde la práctica sobre cómo transitamos y habitamos los lugares donde nos encontramos, y cómo nos relacionamos con todo aquello que les/nos conforma.

En el contexto escolar y generacional que ofrece EN RESiDÈNCIA, estos intereses cuestionan temas que el grupo explorará y desarrollará desde sus propias inquietudes: la identidad individual y colectiva, la convivencia y la comunidad, la mirada ecológica hacia cuyos sistemas formamos parte y el cómo compartir deseos y llevar a cabo ideas mediante la potencia colectiva.

Partiendo de experimentos y juegos corporales, sensoriales y somáticos, entramos en relación al espacio. Escuchando las relaciones que conviven aparece el potencial (co)creador. A partir de ahí se constituye un lenguaje físico compartido, algo que empieza a cobrar sentido: los cuerpos se sincronizan en unas formas de estar, van entendiendo dónde y cómo se pueden mover, descubren cómo comunicarse de la acción e invitar a la colaboración de otros cuerpos. Las materias ―cosas, personas, historias, desechos― empiezan a revelar sus potenciales de expresión. Aparecen instalaciones efímeras, desde gestos mínimos hasta a grandes transformaciones arquitectónicas; del silencio al juego, a la construcción con las materias, a la interacción con otras personas.

Durante esta exploración-creación ―y siguiendo los deseos del grupo― investigaremos en diferentes lugares del centro educativo y alrededores, buscando espacios de intervención. Estos serán susceptibles a los cambios propuestos por el colectivo: sus cuerpos modificarán las formas de estar y transitar, las historias caerán del ámbito virtual al plano físico haciendo hablar al espacio; las instalaciones propondrán a los transeúntes otras formas de mirar a su entorno, de relacionarse, de atender a sus propios cuerpos, de darse cuenta de lo que les acompaña o les susurra.