Marc Vives EN RESiDENCiA en el Instituto Moisès Broggi

Punto de partida

Partimos de unas instalaciones como las de la escuela, con aulas, auditorios, talleres, pasillos, patios, etc. Unos espacios que ya están diseñados y que condicionan el uso de unas personas que no han tomado parte en su ideación. Alumnas sobre todo, pero también profesoras y madres hacen usufructo del espacio de alguna manera distinta a lo pensado. Es incluso probable que acaben modificando la definición y la práctica de estos.

La escuela es una, pero estamos rodeadas de otras instituciones con sus protocolos: espacios de gobierno, universidades, museos y, por qué no, la familia o la calle. Para ellas la adolescente es un cuerpo inadecuado, y encarna todo aquello que no encaja, lo liminal.

El día a día puede estar inundado de dureza y hastío, y los rituales de la antigüedad para escapar del espacio-tiempo solo quedan reemplazados por plataformas de consumo que median nuestro deseo como netflix o tiktok.

Propuesta

Conquistar, apropiar, intervenir una institución como la escuela. Instalar una vibración en la escuela. Puede ser desde una cuña en una grieta, una canción que se entone a la hora del patio, una campana que suene cada luna llena, o un ritual que se celebre en una periodicidad incontrolable.

Aquello que dejemos en el espacio tiene que poder ser invocable y debe poder aparecer a placer cuando se le llame, que nos permita escaparnos a ese otro mundo. Un rumor que se despierte para redefinir los límites físicos, simbólicos o incluso energéticos de la institución. Para ello podemos tratar de captar presencias previas, hacer de médiums de lo que hay o hubo para redibujar un nuevo espacio fluídico. Hacer hablar al espacio. “Call and response”.

Se plantea una experiencia en la cual, a través de nuestras voces, cuerpos y sus liturgias y tecnologías instalaremos una vibración en el centro para el futuro.

Metodología

La experiencia vendrá motivada casi exclusivamente por la pregunta: ¿Podemos instalar una vibración permanente en la escuela? ¿Podría haber siempre una herida abierta?

Me gustaría forzar al máximo el desconcierto e ir elaborando cierta lógica a partir de sus intereses y capacidades. Hacer tabula rasa y construir las herramientas para interpretar el entorno, como lo hacen los mitos.

Aunque se pretenda dar el timón al alumnado, y vamos a navegar por unas aguas que serán escogidas y negociadas, preexiste un repertorio de prácticas, ejercicios, que pueden ayudar a catalizar algunas decisiones.

Vamos a investigar el espacio desde todos sus sentidos, percibiendo las calidades, cualidades e historia del lugar. Tensaremos las nociones de confianza entre unas y otras. Aparcaremos eventualmente todo rastro del habla. Haremos ruido con elementos que tengamos a mano, usaremos la voz, cantaremos. Saldremos también del aula para tomar distancia, ver las cosas desde fuera. Para cada actividad se requiere una preparación, un calentamiento, igual que al realizar cualquier deporte.